El hombre de las mil estampas
Mi pequeño anti-homenaje a un hombre "irrepetible" (modo sarcasmo)
Corría el año 1993. Septiembre. Comenzaba un nuevo curso liguero y con él, Ediciones Este y Panini rivalizaban por la hemegonía en el mundo de los cromos de futbol. En mi barrio siempre ganaban Ed. Este y el tonto que se gastaba cinco duros en un sobre de Panini quedaba totalmente marginado, y si compraba el álbum ya era apalizado legalmente.
Si bien el año 92 será recordado por las olimipiadas de Barcelona o la Expo de Sevilla, el año 1993 sera recordado por un futbolista, cuyo nombre nunca olvidaremos los coleccionistas. Aquel por entonces desconocido jugador, era Chuchi Macón.
Quizá porque tenía un primo en la imprenta, algún enchufe dentro de los altos cargos, hubo un corte de luz o a alguien se le escapó la mano ... El caso es que en cada paquete de estampas que un servidor compraba, aparecía la estampita de Chuchi Macón, centrocampista del Valladolid, la gran promesa de la cantera. Llegué a acumular un cajón lleno, y en las partidas a los "montones" se apostaban su estampa por miles. Se convirtió en todo un fenómeno, y en un héroe de nuestra infancia. Por eso y por nada más, quería hacerle un pequeño huequecillo en este nuestro asqueroso espacio.
He aquí la famosa estampa:
También he de decir que su carrera futbolística no corrió la misma suerte. Buceando por foros del Real Valladolid descubrí que Chuchi era la gran promesa de la cantera de Pucela, y una esperanza de futuro nacional, pero por H o por B, no estuvo a la altura de su estampa. Estuvo 3 años en el primer equipo de Valladolid, luego vagabuendeó por la Segunda B. Como empresario también fracasó en el mundo de las zapaterías. Actualmente parece que le sonríe la suerte en su nueva etapa como jugador, esta vez de fútbol sala, en un equipo de 1ª división (equivalente a la segunda) de la LNFS.
Suerte Chuchi, toda una generación soñó con ser como tu.
2 comentarios
Rodro -
Y que decir del pobre Dubosvky, lo dificil que fue encontrarlo estampado para que luego tuviera ese triste final, muchos niños ni siquiera llegaron a conocer su rostro porque no obtuvieron su estampita. Descanse en paz.
Nanyo -