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El escusado

Fulano y Mengana Love love forever and ever

Son las cosas de la via son las cosas del queré! No tienen fin, pero sí principio y tienen cómo y por qué!

 

Hoy voy a contaros una historia que, si bien perdura en la actualidad, comenzó en el siglo pasado. Antes de que el efecto 2000 nos tuviera cagaitos de miedo, tanto que ni pisabamos el baño no fuera que la cisterna se volviera loca también. En aquellos días Dover era un grupo de rock, y no esa mezcla chunga y distorsinonada entre Scatman y el último disco de Offsprings. En aquellos días, el tráfico de cintas de casette TDK con canciones refritas de los Maiden y Metallica, no se consideraba pirateo. Os hablo señores de ... chan chan chan!!! ... mi adolescencia.

Según el diccionario, la adolescencia es la "Edad que sucede a la niñez y que transcurre desde la pubertad hasta el completo desarrollo del organismo". Se les ha olvivado añadir que también es una suma de traumas y más traumas, de situaciones que no quieres vivir, de momentos "Tierra tragame!", que hacen que seas el joven de hoy, y te marcarán cuando seas el hombre de mañana (me río yo de ésto).

Pues bien, he aquí uno de esos traumas que tuvo lugar en mi adolescencia, entre las paredes de un viejo instituto español. Ya saben. Sin equipo de animadoras, sin capitanes del equiop de rugby, sin matones, sin nerds, sin monstruos ni fantasmas. O sea, temible. Las pelis amerícanas no enseñan cómo sobrevivir en un instituto español. Y empiezo a recordar ...

Y recuerdo precisamente el momento conocido comúnmente como el cambio de clase. Cuando sonaba la sirena y se echaba a empujones al profesor, los fumadores salían al pasillo a echar un pito, la parejita de la clase se daba el refregón correspondiente sobre el pupitre, los vagos caraduras (entre los que me incluyo) copiaban los deberes que no habían hecho del cuaderno de la lista, los pueriles se lanzaban tizas, y las niñas ... las niñas rellenaban la pizarra de corazones, nombres, fechas y flechitas.

No quiero caer en generalizaciones. He de decir que no eran todas las niñas. Eran un grupo reducido, de cuatro o cinco miembros, perfectamente organizadas. Sabían dividirse bien el trabajo. Una al borrador, otra a recaudar tizas, otra a quitar molestos, otras a escribir. Solían tener mucha voz (por volumen) y voto, pues eran capaces de encajar 9 exámenes finales en dos días en lugar de las dos semanas recomendadas. Tenían una memoria muy especial. A la pregunta de "Quién descubrió América y en qué año?" no sabrían responder. Sin embargo, eran perfectamente capaces de saber el nombre (completo) del novio de la Chunga, su signo zodiacal, la fecha exacta, aproximada hasta la centésima de segundo, en que se conocieron, si están de rollo, de bollo, de magreo, en serio o sólo salen a La moderna a pedirse unas papitas aliñás.

Podría decirse eso de "Bah! son cosas de crías". Cositas de las hormonas, de quinceañeras. Pero cuando te das cuenta de que la "cría" tiene ya 20 años, ha conocido varón (y muchas cosas más), y los pelos del coño, y permitanme la vulgaridad, le suben ya por encima del ombligo ... Eso tiene delito. Eso no es para que lo denunciara un simple como yo. Esto es tema para el Saber Vivir. Sólo les pido que echen cuentas. La de veces que he visto esos corazones. 4 años de curso escolar, a razón de 3 a 4 cambios de clase al día. Hagan cuentas. Menos mal que Olimpia, diosa de la Física y Química, se disolvia en átomos cada vez que sonaba el timbre y se desplazaba de un punto a otro del centro a la velocidad de la luz, así que con ella no existía el cambio de clase (esta teoría, si bien algo exagerada por mí, fue ratificada por su hija, Olimpia Jr., a la que conocí de purita casualidad en un concierto de Reincidentes). De qué sirven esas pintar las mesas y las paredes de relajantes tonos pastel, si cada vez que levantabas la cabeza veías (y hasta te aprendías!!!) la puta mierda de todos los días!!!!!!

Para colmo estaban las variantes, gracias a las cuales, las "solteras" o marginadas de clase, podían tener su ratito de gloria en la pizarra y sentirse una más. Se podía rellenar el corazón de rayitas, al más puro estilo del famoso (y socorrido) juego del ahorcado. Cada día podían añadir un nombre, para ir aumentando el morbo, y claro está, jugar entre todas a descubrir al amor secreto en cuestión. Eran unas expertas también en eso. Ahora bien, ante una situación tal que así ...

F E D E R I C O G A R C I A __ O R C A

... eran incapaces de acertar, aun cuando ahorcaramos un gato con sus respectivas 7 vidas. Ya podíamos haber hecho más realista el juego.
La otra variante era el colocar iniciales. Pero las iniciales de un nombre y sus apellidos, ni unas siglas. Ponían los que les venía en gana. Cosas como E.C.E.J.P.M.G.E.T.P.T.E.P.L (estoy con el Johny pero me gusta el tote porque tiene el pelito largo) o P.P.L.M.Y.L.P.L.T.Y.E.G.P.L.N (Pipi por la mañana y luisete por la tarde y el Gus por la noche).

Luego llegaba el profesor, malborraba la pizarra y a la tarde, cuando repasabas tus apuntes de algebra el día antes del examen te encontrabas ecuaciones del tipo ...

a+b = jenny x frank log love love amor - ever & clever * jesus julian for ines x w y z

... y todo eso partido por dos. Tampoco era de extrañar que en el examen de filosofía acabaras poniendo que Karl salía con Marx, que la República es el garito donde Platón se enrolló con la Toti, y que la Cloti tuvo un lío con Socrates, pero acabó poniendole los cuernos con Descartes porque el Discurso del Metodo mola más que los cubatas de cicuta.

Ante tal situación, hasta un joven pasota y poco revolucionario reaccionaba e intentaba poner fin a tal caos. Pero era imposible. Primero porque me pasaba los cambios de clase copiando los ejercicios que dejé para mañana (como dice el refrán, o decía lo contrario?), bien para que Lola no me pusiera un negativo, bien para que Charo no me sacara a la pizarra, bien para que Gloria ... Bah ... Gloria me daba igual. Al grano. Era practicamente hacerse con el borrador, mucho menos interponerse en su camino. Así que la única respuesta posible era ocupar su espacio, también con corazones, para que no te los borraran. Así que con suerte, me agenciaba un minúsculo restillo de tiza, que tenías que trincar con tus pequeñas uñas mordisqueadas, y rellenar la pizarra con nombres absurdos y largos, con fechas del futuro o inexistentes, y colocar iniciales tales como I.T.A.T.P.C.H.D.P.Y.Q.O.D.Y.N.O.G (Iros todas a tomar por culo hijas de puta y que os duela y que no os guste).

En fin, queridos lectores, ya saben porqué el aquí presente es un pésimo amante, un negado para el amor y odia cualquier tópico romántico. Que la culpa no la tengo yo, ni la sociedad, que la tienen las niñas líderes de 1ºC, 2ºC, 3ºB y COU A de la promoción del año nosecuantos (No me acuerdo ni me voy a poner a buscar el libro de escolaridad por la leonera de mi habitación).

Gracias mamonas.

 

8 comentarios

aliothf -

pa madrid??? yo veo mas bien un futuro mate pero weno

Ulysses -

Buenos días! Jejejeje, que yo recuerde eramos unas personas con un futuro brillante, el brillo que da la farola al beber tinto cason con cola gold, ejejejeje. Un saludo para todos y que me a cuerdo mucho de vosotros, y un poquito os echo de menos, pero no mucho que soy VARON, ejejeje. Enga, un saludo a todos y que os vaya bonito.

VargaskY -

Ya ves.
Y encima nos llama personas de provecho. Gente así es la que yo quiero. Abrazos pa Madrid, Montes.
:D

ALIOTHF -

JODER QUE CATEGORIA DE VISITANTES.

Ulysses -

Jejeje, muy interesante el articulo. La adolescencia y las hormonas, unas escribían corazones, otros copiaban los ejercicios, y otros fumabamos en los pasillos y/o en los servicios ... pero mira, al final personas de provecho de esta sociedad, jejeje.... no sabía que existiera Olimpa Jr, y además fans de los reincidentes, ejeje. Un saludo y me alegro por tu blog.

BLETE -

jejeje sí que es un crack el Frenadol.

Viva la Moderna y las papita aliñá. Atilano presindente!

Yo alguna vez he visto algo parecido a lo que salía en Mafalda.

"Susanita y.... ya veremos quién"

VargaskY -

Eres un crack cuando quieres.

aliothf -

esta claro federico garcia horca