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El escusado

Hoy en ... Cosas que molaban: Las camisas guapas de mi hermano

Una vuelta al pasado enternecedora, nostálgica y dulzona para saber por que carajo vestíamos así de guay.

Años 90.
Me remonto en la memoria a los primeros años de esta década en los que en este país no se vivía bien. Pero aquello no importaba. Lo más importante era que se escuchara el himno de España, que un arquero metiera o no una flecha en un pebetero, que la gorda y el maricón no desafinaran, y que todo el mundo tuviera su Curro. De eso se encargo un cabezón que vivía en San Telmo, pero no en un piso sino en un palacio. El Curro te venía de regalo hasta los condones y a mí, que no usaba por aquel entonces, me tocó en los potitos, que tampoco usaba pues ya tenía dientes y mellas como para comer filetes.

Aquellos años eran malos y nosotros lo sabíamos. Los niños le teniamos más miedo a la palabra Maastritch que al coco (ese monstruo que salía del armario...) o al hombre del saco (Quien en Andalucía va a cargar un saco con un niño dentro X kms.??). Crecimos con las pegatinas de STOP en los grifos, a sabiendas que llegar a casa después de las nueve implicaba la no ducha, el baño al agua maría y la consiguiente reprimenda de mamá. Vivimos cada gol de Oliver y Benji, sufríamos cada vez que Goku moría y descubrimos que ver las Mama Chicho era más excitante que el soso conejo de la suerte.

Una vez puestos en situación hay que añadir el detalle que el mi generación tenía una circunstancia especial en el barrio. El 80% o más teníamos hermanos mayores, y padres bajitos. Así que cuando crecimos, nos salía la pelusilla y los hombros se nos ensachaban, nuestras madres, que manejaban la economía como buenamente podían, no podían vestirnos de grana y oro o cielo y azabache, y tuvieron que sacar del ropero las mejores galas y las telas más finas que vistieron los hombres de la casa en los ochenta.

Y ya sabrán ustedes como era la ropa de los ochenta, y lo poco que tiene con lo que ahora llaman moda de los ochenta. Porque no, lo hortera, el colorido y los estampados imposibles que se veían en los autenticos ochenta, y lucimos los nuevos adolescentes de los 90 no son los que encuentra usted en El Corte Inglés con la etiqueta 80’s. Recuerdo febrilmente mi chaquetón verde lima con autografos de colores y que había perdido la pluma del uso, mi jersey tricolor que en Ecuador hubiera sido lo más lúcido pero al otro lado del charco no, o chaquetas vaqueras y pantalones de multiples colores y con grabados en hilo tipo dragones, elefantes o personajes Disney. Todo ello adornado con bambas Jhayber, lonetas del Carrefour, o deportivas de marca blanca de color blanco con lenguetas enormes.

Pero el máximo exponente de este fenomeno fue el hombre que acuñó la frase "las camisas guapas de mi hermano". Nano, el creador de grandes hits como "Me como 50 pancetas" o "Ová ová ová" era un hombre que gustaba de rodar por el suelo, de llenar de chucherías el bajo del sillón de la moto y de comerse 500 pesetas de las de antes en churros. Pero estas proezas quedaban en simples cuando llegaba el momento de irse de "marcha", de feria o de Semana Santa.

Nano lucía con algo más que orgullo y satisfacción las más puras camisas fabricadas en Horrorlandia. Sus diseños imposibles que marcaban todas sus curvas, sus ilustrativos colores y su buche lleno lucían sobremanera en cualquier punto donde se encontraba. Eran tan feas que la madre se ahorraba de colgar las pinzas de naftalina en el ropero, porque ya de por sí las camisas ahuyentaban a las polillas.

Lo mejor de todo es que Nano se abotonaba las camisas por propia iniciativa, no por obligación. Antes de salir, pasaba la tarde combinando, viendo el parte meteorológico, y consultando el santoral, para luego decidir, con el consejo de su hermano la camisa ideal para el triunfo. El triunfo significaba chicas, chicas que sólo llegaban al final en la imaginación y que en la realidad huían de manera inversamelte proporcional a como reaccionan las moscas ante un buen mojón. Ni la tácticas "infalibles" de hacerse el borracho, el acento argentino (que él transformaba en un italo-argentino-catalán con joyas como "Molt bé Bambino" pronunciadas con acento y ojitos de Maradona), ni el regalar rosas (a cambio de besos que nunca se dieron) funcionaron, y yo aseguro que la "camisa guapa de su hermano" tenía un 75% de culpa del poco éxito de la empresa del macho ligatorium.

PD: El otro 25% de culpa la tiene Laura Pausini que os convirtió a todas en unas estrechas la muy hija de la gran ... pizza.

PD2: Las técninas ligatorias standard merecen un tema parte. Es justo profundizar en ellas, así que tirad de nostalgia y ayudadme, cabrones.

5 comentarios

Alvaro -

Últimas noticias. Según las últimas investigaciones el dedo que se cortó trabajando se ha descubierto que fue cortando jamón.

Sergio -

vargas vendo guitarra fender + ampli a 100 euros bueno bonito barato

Alvaro -

Yo lo último que me enteré del Nano fue que reapareció con el Corinthians y que ya lleva 5 goles y que quería ir al Mundial de Sudáfrica. También que tenía que bajar unos kilitos.

Nanyo otra vez -

Bueno tecnicas ligatorias hay de todo tipo.

Te puedo decir una que me comentó mi mujer de un individuo k llevaba el maletero lleno de peluches, y cuando lo abria lo llamaba "la debilidad de las nenas" o algo así. Con ello da muestra de la sekia sexual k pasaba el chaval.

nanyo -

Hace tiempo escuche que nano arrastrado por la frustración, se colocó una peluca naranja y ahora le apodan king africa.